jueves, 26 de abril de 2007

Gigante

1. página 1 de 'Gigante' (creación digital)
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Siempre recordaré la primera vez que vi un Gigante.
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Los Gigantes se distinguen de los demás porque son respetados sin exigir respeto, son temidos sin proferir amenazas, son obedecidos sin dar una orden, son queridos sin mostrarse complacientes, son célebres sin tratar de serlo y conocen cuánto les rodea, personas y cosas, sin hacer una pregunta.
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Cuando alguien contraría la voluntad de un Gigante, todos perciben, casi a un nivel inconsciente, que todo va a salir mal. Por ello, la voluntad de un Gigante es sagrada para todos, pues a todos beneficia. Nadie reconocería lo que hace por un Gigante, pues no es un cargo al que respetar u obedecer en público sino una presencia de inevitable peso entre las almas de quienes lo rodean a la que complacer en privado.
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Todo el mundo sabe, aunque nadie lo diga en alto, quién es un Gigante y quién no. También se sabe quién es un patán venido a más. Todo el mundo sabe, aunque nadie lo reconozca, cuánto puede perderse si el Gigante no está satisfecho. En todo grupo social, se desee o no, existe una discreta jerarquía que doblega inexorablemente al vulgo ante el Gigante. El Gigante tiene poder sobre todos. Nadie le pide consejo pero todos saben que es el más sabio. El Gigante no tiene que emitir palabras para dar consejo. Su presencia hace crepitar el aire cuando está cerca.
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Siempre recordaré la primera vez que vi un Gigante.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]

Lo que no me mata, me hace más fuerte

1. Pirata viejo (creación digital)
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Hay quien se avergüenza de sus cicatrices. No hay por qué negar la vida. Las cicatrices son símbolo vital. El dolor forma parte de la vida y hay que aceptarlo con las marcas que deje. Si aceptamos que cada acto tiene unas consecuencias, no podemos negar parte de ellas o negaremos el acto en sí.
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Es sano tratar de evitar el dolor futuro pero es enfermizo avergonzarse del ya padecido. Las desdichas pasadas, por crudas que hayan sido, nos han traído hasta aquí, el mejor de todos los momentos.
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Por ello os digo que mientras la cicatriz sea cicatriz y no herida, será muestra de victoria.
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"Lo que no me mata me hace más fuerte" que decía Nietzsche.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]

domingo, 22 de abril de 2007

La reputación

1. Pirata 2 (creación digital)
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Cuando los barcos veían alzarse en el horizonte la bandera pirata, temían por sus vidas y capitulaban. Cuestión de reputación.
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La reputación nos precede, habla por nosotros y resuelve conflictos sin que tengamos que hacer nada. No es, desde luego, mala cosa para cultivar.
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La mejor victoria es la que se obtiene sin disputar la batalla, esto lo supieron siempre los estrategos. Una solución rápida, económica y eficaz. Hay que vencer antes de pelear y se consigue labrando una buena reputación. La reputación no es un farol -
si hay que vencer por la espada no se temerá usarla en la medida necesaria- pero sí una amenaza –ha de describir lo más conveniente de nosotros.
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Tenemos dos ventajas: al ser humano le gusta hablar más que escuchar y magnifica cuanto no comprende. Tenemos un inconveniente: un solo error y esa será nuestra reputación.
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Aboguemos, pues, por la mejor de las banderas: el frío silencio del calculador. La gente teme ese silencio y lo sustituye por palabras pero ¿quién puede hablar por imperativo de seguido sin decir una necedad? Esa necedad será inteligentemente atacada por nosotros. Esa necedad será su reputación y nuestra victoria.
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En la guerra, el primero que abandona su trinchera para avanzar durante un tiroteo es el primero en caer. Esto, todo el mundo lo entiende. Durante la discusión, sin embargo, la gente cree que hablar durante más tiempo da mayor posibilidad de victoria. Nada peor que pensar eso.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]

miércoles, 18 de abril de 2007

Tenemos lo que merecemos y merecemos lo que tenemos

1. Pirata (medios digitales sobre boceto a lápiz)
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Aquellos famosos piratas, toscos, sin instrucción, brutos y despiadados, que asaltaban los barcos españoles, tenían, sin embargo, muy clara la naturaleza humana: ¿querían un barco? Lo cogían ¿Querían una mujer? La tomaban. ¿Querían oro? Lo tenían. Todo cuanto veían era suyo y lo sabían muy bien. Y es que, fuera de la voluntad de un hombre, todo término se me antoja charlatanería. Más aún la imagen romántica del pirata.
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Yo digo: toma lo que necesites. Mejor: toma lo que desees. Si careces de algo no lo mereces. Lo merecerás cuando lo tengas. Todo cuanto desees te pertenece. Si alguien más lo desea lucha y, si pierdes, no llores, pues nunca lo mereciste.
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¿Cómo cabría pensar que personas tan disolutas como los piratas fuesen a enterrar un tesoro pudiendo gastárselo en mujeres y ron?
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]
el_astronauta_kz@hotmail.com

lunes, 16 de abril de 2007

Miedo a la libertad

1. El niño que quería volar (medios digitales sobre tradicionales y tradicionales sobre digitales)
2. Detalle de El niño que quería volar.
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Entendamos que la libertad está ahí para, absolutamente, todos los seres humanos sin excepción. Es algo vulgar y bastante accesible, de hecho. Si hay algo que restringe los actos de los hombres, no es la falta de libertad sino, precisamente, la capacidad de elección ante un acceso completo a ella. ¿Quién te impide atentar contra el mismísimo presidente? Tu voluntad, solo eso.
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El miedo a la libertad lleva a las personas a negarla pero, si lo pensamos otra vez, todos vivimos en completa anarquía. Haya o no unas consecuencias justas para cada acto, sería otro debate, pero no llamemos más falta de libertad al miedo al castigo porque el castigo es, precisamente, la clave para entender que esa libertad existe al ser éste el que nos invita a ver el delito como algo realizable. La libertad es para el valiente que acepta las consecuencas de sus actos libres; el cobarde se ha cobijado desde hace mucho en sus quejidos y perorata sobre la opresión y sigue pretendiendo que sus actos no tengan consecuencias.
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Sepan los más revolucionarios que el hombre es libre de volar (nadie se lo prohíbe) y, sin embargo, no lo hace. Le da tanto miedo arrojarse al vacío como miedo le dan las consecuencias de ciertos actos que decide no realizar jamás. No diga luego que no tuvo libertad para obrarlos. Faltó arrojo, nada más.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]

martes, 10 de abril de 2007

Rude people

1. Rude people (tinta y acabado digital)
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Aquellos rudos marinos que presumían de fuerza, coraje y valentía entre los hombres eran, sin embargo, muy supersticiosos en su oficio. ¿Eran sus temores mayores que los del resto de los hombres? No; creaban mayor contraste con su popular fama de lobos de mar.
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Cualquiera puede tener miedo del monstruo de debajo de la cama pero, aquel que haya cazado a todos los monstruos, será criticado por acusar ese mismo temor popular. Su peor cilicio serán aquellos que temen lo mismo que él.
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Una vez vencemos un obstáculo, parece ser, estamos obligados a no volver a temerlo.
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Dicho en otros términos: la heroicidad perderá su valor si no dura hasta el final de la historia; nadie quiere ver caer a aquel al que ya ha aplaudido.
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Éste es, precisamente, el problema de la vejez.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]

lunes, 9 de abril de 2007

Violencia vapuleada


1. TMNT (Color digital sobre lápiz)
2. Composición de lápices, boceto y arte final de TMNT Teenage Mutant Ninja Turtles
[(c) Kevin Eastman & Peter Laird]
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A veces, los personajes de un cómic underground lleno de violencia saltan a la televisión en forma de serie para niños bastante light y se hacen famosos. Es el caso de las celebérrimas Tortugas Ninja. Recomiendo la lectura del cómic que, si bien no es una obra de culto (mantiene una narrativa bastante repetitiva), al menos sí muestra a los protagonistas reales: seres con sentimientos capaces de encolerizarse y matar a sus enemigos. Algo harto más creíble que la broma bana tras haber noqueado a un malo.
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La violencia está ahí fuera.
Podemos condenarla pero jamás podremos dejar de sentirla; mucho menos de admirarla.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]


viernes, 6 de abril de 2007

La pálida incompetencia colgada de un árbol

1. Espantapájaros de Dios.
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Mi dios no tiene que resucitar porque no puede morir.
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Mi dios es la vida y, ésta, por definición, no puede morir:
Mientras haya vida no puede haber muerte ya que, ésta última, no transcurre simultánea al ciclo vital sino de forma posterior. Por tanto, para mí, la muerte no existe por no darse en vida; es poesía romántica y superstición frente a la carne de la vida.
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No hay razón para tratar de superar ni edulcorar la inexistencia posterior a la vida, pues no dolerá. La vida tiene un final, sí, pero si no somos capaces de percibir cuando este final ha llegado -pues muertos no podemos percibir- podríamos afirmar que la vida propia, al menos en nuestro conocimiento de ella, es eterna. Nuestra vida durará exactamente lo mismo que nuestra capacidad cognitiva de medir el tiempo.
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Se ocupen los judíos de la vida tras la muerte; yo vivo la vida antes de la muerte.
Luego, Dios dirá.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]