domingo, 2 de diciembre de 2007

Del mito de los visionarios




1,2,3 y 4 Ilustraciones sobre Los Tres Cerditos
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La sociedad ha convertido a las personas previsoras en aburridas.
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Ser previsor no es una carga. Es tener la capacidad de prevenir, es decir, de adelantar el futuro. Ver el futuro y acertar pronósticos se tiene como virtud pero si lo llamamos prevenir parece algo malo. No nos llevemos a engaños: esas personas que acusan de aburrida a la gente fría, calculadora y reflexiva -exhibiéndose como viscerales, espontáneos y aventureros-, son los primeros que, tras actuar sin talento ni beneficio, vienen corriendo con expresión bobalicona a pedir socorro. Se ofenden si se les recuerdan las previas advertencias y, mucho más aún, si se les invita a apartarse de la futura toma de decisiones. Quieren ser libres para poder perpetuar la doctrina del reiterado fracaso.
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El 'cerdito previsor' debió colocar el caldero sobre el marco de la puerta y comerse a sus hermanos con el lobo.
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Es muy fácil depender de los demás y esperar siempre ayuda exterior pero debemos pensar que, un día, el prójimo podría resultar inteligente en lugar de solidario. Y entonces, un estudio psicológico previo del individuo, un análisis de las circunstancias, una memorización del entorno, una investigación anticipada de su persona o una estrategia elaborada de antemano serán mejores armas que cualquier cuchillo. Si la información es poder, la inteligencia es pólvora. Hay que estar preparados para la guerra.
El futuro (a medio plazo) puede predecirse perfectamente, dentro de la limitación de ciertos parámetros aleatorios. Eso sí: hay que someter al entorno a un profundo análisis.
Conocer el futuro es la mejor forma de evitarlo.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]