domingo, 13 de enero de 2008

El trabajo

1.Paisaje (creación digital)
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Aquel hombre primitivo, puro, con una sociedad harto más atrasada tenía, sin embargo, menos necesidades que cubrir que el hombre moderno. Salir, cazar, comer...ocio. No había 'renta, 'I.V.A.', 'impuestos', 'seguros', 'bancos', 'cuota', 'dinero'... Todo era distinto.
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Se trató de rectificar el trabajo con la esclavitud de otros seres vivos, bestias e incluso hombres. Hoy día, la revolución que podría conducir al fin del trabajo apunta a las máquinas pero si se consigue no trabajar a costa de que lo hagan las máquinas, veréis como vendrá algún hocico inquieto a decir que le da pena verlas tan ocupadas. Hasta que estos hocicos hundan todo, podría ocurrir que tuviéramos un momento de esplendor en cuanto al ocio:
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Hay dos tipos de oficios: el creativo y el productivo. El creativo sería muy dificil de desempeñar por máquinas pero el productivo...Alguien se ha dado cuenta ya de que, habiendo máquinas, no hacen falta cajeras de supermercado, botones abriendo puertas en hoteles, taquilleras de Metro, sucursales bancarias, editoriales, imprentas...
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Internet será la clave de esta revolución.
En el momento en el que la mente creadora se pueda comunicar directamente con el público sin necesidad de editores, mensajeros, imprentas, distibuidoras, tiendas...en el momento en que se pueda adquirir por internet lo que las máquinas produzcan o los creadores creen, no harán falta los trabajadores de producción que, en cierto modo y sin menospreciarlos, han sido 'parásitos' de las mentes creadoras. Los costes se abaratarán.
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Por ejemplo: si un cómic sale al mercado a unos 15€, de los cuales el autor se lleva un solo euro, con un mercado digital fluído el autor podría venderlo a 3€ en soporte digital, triplicando sus ganancias y reduciendo notablemente el coste del producto para el público. Además de esta ventaja económica habría una ventaja creativa puesto que no habría censura ni restricciones creativas en los productos ya que, de no venderse algo, el único que perdería (dejaría de ganar) dinero sería el autor. Sumémosle a esto, otra mejora en la calidad del producto que no tendría esas restricciones relacionadas con la imprenta de número de páginas regido por número de pliegos y que podría, además, incorporar numerosos adelantos digitales tanto en la interactuación con el producto como en la contemplación del mismo (extras como en una película DVD con bocetos, viñetas desechadas, textos del autor sobre la obra, etc por nombrar solo los más básicos)...
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En definitiva, el trabajo es algo que debería ser eliminado y cada vez lo veo más posible.
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Dabo
[ Känzer Zyesio ]